Es un hecho que, en la medida en que llevamos a cabo un cambio de hábitos en nuestro estilo de vida durante las etapas tempranas, como la niñez y la juventud, podremos modificar nuestra tendencia genética a sufrir algún tipo de enfermedad en la vejez.
Se conoce que todavía, con el aumento de la esperanza de vida, aumenta el número de enfermedades, principalmente las enfermedades crónicas. Más el aumento considerable de la vulnerabilidad física, social y psicológica asociada al envejecimiento hace, a este grupo de edad, más susceptible de enfermar.
El proceso de envejecimiento se asocia a una serie de cambios físicos que deben tenerse en cuenta. Estos cambios y diversas patologías que pueden surgir asociadas a la edad se controlan mediante ciertos cuidados básicos del anciano.
Cuidados esenciales del abuelo
Los cuidados básicos del anciano se relacionan directamente con las necesidades de la persona mayor y con el mantenimiento de la calidad de vida y el bienestar general. Por tanto, no sólo contienen los cuidados físicos sino también los psicológicos y sociales.
Los cuidados físicos los podemos clasificar mediante la higiene corporal, la alimentación, la higiene postural, la autonomía y la prevención de riesgos.
Higiene personal
Una adecuada higiene personal es básica para el mantenimiento de una vejez saludable y la prevención de ciertos problemas como son infecciones, problemas en la piel o malestar general. Para ello, la limpieza e hidratación serán los objetivos principales.
Higiene bucal
La higiene bucal es fundamental en el cuidado básico del anciano e importante para evitar posibles infecciones. Debe realizarse después de cada comida o cuando sea preciso. Si la persona mayor no puede hacerlo sola, el cuidador debe realizarlo limpiando cada parte con detalle y aplicando después un protector labial. En caso de utilizar una prótesis dental también deberá lavarse diariamente.
Alimentación saludable.
El proceso de envejecimiento lleva asociados ciertos cambios fisiológicos que modifican las necesidades nutricionales de la persona. Con cierta frecuencia estas necesidades no se alcanzan apareciendo malnutrición y algunas consecuencias. Éstas pueden ser la aparición de algunas patologías, el empeoramiento de enfermedades y de su recuperación, el inicio de una situación de dependencia, el aumento del riesgo de caídas, etc.
Practicar una dieta saludable, variada y equilibrada, es importante siempre, pero cobra mayor relevancia durante la vejez. En la dieta es necesario que aparezcan todos los grupos de alimentos.
• Lácteos y derivados
• Carnes, pescados y huevos
• Legumbres, patatas y frutos secos
• Verduras y hortalizas
• Frutas
• Cereales
• Aceite de oliva
Según los especialistas, la ingesta adecuada de nutrientes debe ser la siguiente:
• Proteínas. Ingerir el 20% de la dieta (pescados, proteínas vegetales o lácteos desnatados).
• Hidratos de carbono. Alrededor del 55%. Se recomienda consumir legumbres, cereales integrales, vegetales y disminuir el consumo de azúcar.
• Aumentar su consumo en la vejez mediante frutas, aceite de oliva, frutos secos, vegetales, etc.
• Beber 2 litros de agua al día. Con la vejez la sensación de sed disminuye, no se debe esperar a tener sed para beber.
Higiene postular.
La higiene postural es el conjunto de normas que nos ayudarán a mantener una posición correcta. Ya sea en movimiento o quietos, debemos proteger principalmente nuestra columna vertebral, músculos y articulaciones.
La higiene postural consigue reducir los daños musculoesqueléticos en base a ciertas recomendaciones. Algunas de ellas se refieren a la postura correcta al dormir, al estar sentados, levantarnos o coger algún peso y realizar tareas básicas. Estas pautas previenen y reducen las lesiones que puedan producirse y por tanto futuras situaciones de dependencia.
Actividad física
A medida que las personas envejecen, se producen evidentes alteraciones en su estado de salud tanto física como psicológica. Estos cambios son progresivos e inevitables, pero se ha demostrado en varias investigaciones que el ritmo de degeneración se puede modificar con la actividad física.
En efecto, el ejercicio puede ayudar a mantener o mejorar la condición física, el estado mental y los niveles de presión arterial de los ancianos
Con ejercicios aeróbicos adecuados, se puede incrementar de uno a dos años la esperanza de vida, la independencia funcional, y ayudar a prevenir enfermedades. Por causa de la inactividad, aparecen los riesgos de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes, la osteoporosis y la depresión.
En este video encontrarás ejercicios de activación física para adultos mayores de 70, 80 y más años. Son tres actividades que puedes realizar como parte de un plan de ejercicio individual o grupal dirigido a personas mayores
Esta información es de gran ayuda ya que así tenemos más cuidado sobre el higiene y salud de los adultos mayores
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